La Celeste, El Mundial y los Equipos

Existen tres factores claves que permiten que un equipo llegue a su máximo potencial. ¿Cómo se ven reflejados en los distintos equipos del Mundial de Fútbol? ¿Cómo se reflejan en “la Celeste”? ¿Cómo desarrollarlos en nuestros propios equipos de trabajo?

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Existen tres factores claves que permiten que un equipo llegue a su máximo potencial. ¿Cómo se ven reflejados en los distintos equipos del Mundial de Fútbol? ¿Cómo se reflejan en “la Celeste”? ¿Cómo desarrollarlos en nuestros propios equipos de trabajo?


La Celeste, el mundial y los equipos

cancha de futbol celeste - uruguay xn partners

 

Comienza el Mundial

 

Empezó el Mundial de Fútbol y no escapa a los ojos de nadie que hay selecciones mejor preparadas que otras, y posiblemente lo reflejamos todos en las “pencas” en las que participamos. Obviamente, los jugadores que tiene cada selección son una pieza clave al momento de elegir nuestro favorito. Pero seguramente usted, además de observar los jugadores, se da cuenta que hay algo más que lo hace elegir una selección sobre otra… Algo que tiene que ver con la unión de los jugadores…

Hay algunos cuadros que, como conjunto de jugadores, tienen claro el objetivo de ganar, saben su posición en el campo, saben cuáles son sus responsabilidades y cada uno hace su trabajo. Pero hay otros diferentes, que son un verdadero equipo: donde además de tener claros estos temas, tienen una pasión y una fusión diferente.

Al igual que en el Mundial, en las organizaciones hay algunos cuadros que logran consolidarse en un equipo y otros que no logran dar ese paso, y son un conjunto de personas que se llevan bien, pero cuya capacidad de colaborar es más limitada. Y parecería que esa fusión se da a un nivel más emocional que racional.

Uno de nuestros focos en Xn es ayudar a los equipos a que alcancen su máximo potencial, que logren los resultados que se proponen y que sean un “lugar” donde las personas se sientan orgullosas de ser parte. Para poder facilitar este proceso hemos construido un modelo que tiene tres factores clave en los que sabemos que se tiene que trabajar:

  • Las Personas ¿Quiénes forman el equipo?
  • El Desafío ¿Qué están tratando de lograr?
  • La forma de trabajo ¿Cómo trabajamos juntos?

Tenemos que trabajar en cada una de ellas para llevar al equipo al siguiente nivel.

Las Personas

Cuando hablamos de la personas, evidentemente tenemos que asegurarnos de tener la cantidad de personas que necesitamos para lograr lo que nos proponemos: tiene que haber 11 jugadores en la cancha.

También tenemos que asegurarnos de que cada jugador tiene las habilidades que necesita para hacer su parte: el golero tiene que ser buen golero.

Además, tenemos que tener todas las habilidades necesarias, que estén las habilidades complementarias requeridas para que la diversidad nos permita alcanzar la meta: tiene que haber un golero, un delantero, un defensa. Todos estos temas son racionales y se pueden analizar y construir un plan de acción para llevarlos al siguiente nivel.

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Las Actitudes

Pero las personas no somos solo razón. Nuestras emociones son lo que realmente nos hacen estar entusiasmados o tristes: jugar el partido con más o menos energía o, como lo solemos llamar aquí, con más o menos “garra”.

Por eso, no solamente tenemos que asegurarnos que en el equipo exista la cantidad, la habilidad y la diversidad. Es importante asegurarnos de que las personas tengan las actitudes correctas, que estén dispuestas a hacer el sacrificio necesario para que el equipo gane (actitud de equipo), que estén convencidos que podemos ganar no importa si vamos perdiendo, empatando o ganando (actitud positiva), que se hagan cargo de su puesto y lo hagan bien (responsabilidad) y que se entrenen y sean lo mejor que puedan ser en su puesto (mejora continua), en definitiva las 4 actitudes que Enrique Baliño propone en No Más Pálidas.

El Factor Liderazgo

Pero además de que cada uno tenga esas actitudes, tiene que haber mucha energía emocional que nos motive y nos mueva. Hay gente que logra automotivarse y eso es excelente. Hay otros que logran, además de hacerlo en forma individual, contagiar a otros. Y a eso es a lo que nosotros llamamos liderazgo.

Según Peter Drucker “los líderes generan y dirigen las energías humanas”. En un equipo precisamos liderazgo individual y colectivo, para que esa energía se genere y fluya en la dirección correcta.

En el fútbol esto está fuera de discusión: un director técnico que tenga la confianza y el respeto del equipo, un buen capitán adentro de la cancha que muestre ciertas actitudes (en particular cuando vamos perdiendo), jugadores que lideren cuando les toca tirar un penal o ir a pelear una pelota con alma y vida. Son los que en definitiva hacen que esa energía aparezca y fluya con tal fuerza, que encienda no solo a los demás jugadores sino también a todos los espectadores, en el estadio o en sus casas.

Eso es liderazgo, y sin él es muy dificil que un grupo de personas se fusione en un equipo y gane los partidos.

El Desafío

Si hablamos del desafío, podemos apreciar que ocurre algo similar. Uno puede ver el desafío desde un punto de vista únicamente racional y entender que lo que hay que lograr es ganar un partido, clasificar y luego ganar otro, y así, hasta salir campeones. En una organización ocurre algo parecido: se definen metas periódicas y uno puede evaluar si las alcanzamos, o no, y tomar acción.

Pero existe otra cara de los desafíos, una cara más emocional. En Xn la llamamos el propósito del equipo y responde a la pregunta ¿para qué lo hacemos?, ¿cuál es el por qué?

Uno puede darse cuenta si un jugador quiere ganar un partido con un fin egoísta: «lograr mi próximo pase». Y también puede apreciar cuando un equipo quiere ganar un campeonato porque sabe que en su país hay mucha gente que quiere, vibra y se emociona viendo jugar a su selección, mucha gente a la vez querida, pues algunos de ellos son su propia familia y amigos.

Cuando ocurre esto último, se puede ver un escenario diferente: se ve que todos los jugadores, y no solo uno, se desesperan por dar todo, hasta la última gota adentro de la cancha. Sangran y se ponen una vincha para poder seguir jugando, o tienen actitudes extrañas luego de recuperarse de un desmayo para tratar de decir que no van a salir de la cancha.

Cuando uno ve esto, se da cuenta que el propósito no es solamente ganar el campeonato. Yo no sé en forma concreta cómo define la Celeste su propósito, pero sí sé que esta selección transmite realmente la intención de hacernos disfrutar a todos los uruguayos, hacernos sentir orgullosos y seguir el legado de gloria que nos han dejado los que vistieron antes esa camiseta.

La Forma de Trabajo

Finalmente, tenemos la forma de trabajo: ¿Cómo jugamos juntos?

Aquí también tenemos aspectos más racionales: dónde juega cada uno (roles y responsabilidades), cuáles son las jugadas que vamos a hacer (procesos), cuál es el plan de juego (4-3-3), etc.

Pero hay un aspecto crítico emocional en la forma de trabajo que es claramente la base fundamental de un equipo: la confianza que existe entre todos los integrantes, ya sean jugadores, cocineros, cuerpo técnico. Esa confianza que los hace pelearse cuando no se pasan la pelota y los hace terminar abrazados con un gol o cuando se pierde un partido. Esa confianza que los hace decir “fue mi error”, sin temor a que el resto los destruya.

La confianza es algo tan importante que Phil Jackson, el entrenador que ganó más campeonatos en la NBA (11 en total) decía:

«Los buenos equipos acaban por ser grandes equipos cuando sus integrantes confían los unos en los otros lo suficiente para renunciar al ‘yo’ por el ‘nosotros».

~ PhilJackson

Generar un entorno de confianza no es algo casual, es algo que, premeditadamente, hacen los grandes líderes. La forma de hacerlo es conversando con las personas que generan más problemas y, eventualmente, dejarlos afuera del seleccionado si no cambian. Se trata de no poner en la cancha solo al mejor jugador desde el punto de vista técnico, se trata de poner al mejor para el equipo.

Recuerdo que al inicio del proceso de Tabarez hubo varias decisiones que generaron conflictos con personas que tenían fuertes intereses económicos: buenos jugadores, pero con actitudes dudosas, y el Maestro no dio el brazo a torcer. Porque si uno quiere generar un ambiente de confianza, tiene que estar dispuesto a pagar el precio de no dejar contentos a todos.

En Resumen: el Equipo

En Xn estamos convencidos de que un conjunto de personas puede transformarse en un verdadero equipo si se trabaja en cada a uno de estos tres factores clave y en ambas dimensiones: en la racional y, especialmente, en la emocional. Por suerte, existen técnicas y herramientas que ayudan a trabajar cada una.

El Maestro nos ha dado una linda demostración de lo que se puede lograr: seguramente casi todos los uruguayos estamos más que orgullosos de la selección que tenemos. Pero no sólo por los resultados que se han obtenido. Sino también por su cohesión, por su “otra parte”, esa parte emocional que transmiten y que, por todo lo que se sabe sobre Equipos de Alto Desempeño, es clave para el logro de los resultados. Ese es el motor que habilita los resultados.

Hoy no sabemos como va a terminar el Mundial. Ojalá Uruguay sea el Campeón. En el mundial del 2010 Uruguay salió cuarto. ¿Eso es un éxito? Quizá para los Holandeses salir segundos, otra vez, no lo fue tanto. Sin embargo, para nosotros salir cuartos sí que lo fue.

Apoyemos a esta selección que nos ha dado enormes satisfacciones. Apoyémoslos en las buenas y en las malas. Ojalá todas las organizaciones de nuestro país pudieran tomar como ejemplo lo que vemos en este equipo.

La construcción de un equipo no es un acto puntual. Es un proceso. Es un viaje sin fin. Siempre se puede elevar el desempeño y siempre se puede aumentar la confianza. Y aquellos que logran desarrollar esta capacidad tan especial de poder colaborar a este nivel, pueden disfrutar de un excelente lugar para trabajar, donde están orgullosos de pertenecer. Por eso, al decir del Maestro, efectivamente, “el camino es la recompensa”.

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